viernes, 31 de octubre de 2014

EL JUEGO DEL REFERENDO. Por Alonso Martos.

 
El juego del referendo no tiene reglas fijas y se basa en la “astucia”, el engaño y el despiste:"Hemos de engañar al Estado", dice Artur Mas, como si él no formara parte del mismo.
 De entrada, no se llama referendo; se llama consulta, pero no es una consulta, es un proceso participativo: ¡Al lío, que se va el tío! 

Hace unos días afirmaba La Vanguardia que el SÍ habría prevalecido en Escocia de no ser por los votos de los jubilados. Pues claro, ¡esto pasa por dejar que voten los "malos"! Aquí vamos a evitar  ese inconveniente: Ahora Teodoro Mas va a hacer un referendo guineano donde habrá más síes que votantes. El Mesías tiene que adelantarnos algún milagro para que nos hagamos una idea de los que han de venir tras la independencia.

Pero ésta no es la partida definitiva, dice el Pastor. Lo sospechábamos: el juego sólo se acaba cuando ganan los buenos; mientras tanto, "hagan juego, señores": referendo por aquí, consulta por ahí y proceso consultivo por allí. Y mientras es o no es...¡un saco lleno! Esto es:140.000 euros anuales a la buchaca.

Los que "vivimos fuera del rebaño", sabíamos que la criatura estaba muerta antes de nacer. Desde el inicio del "proceso", todo el mundo veía - "salvo los ciegos, es natural" -  que el referendo era un juego y, por tanto, no se podía celebrar realmente. Pere Navarro lo dijo muy clarito y por decir la verdad...¡A la hoguera!  También a Brugué "lo llaman mala persona"  por comparar a La Suisse ibérica con Guinea. Recientemente, Iceta ha dicho que los plebiscitos son propios de regímenes totalitarios y se ha visto obligado a pedir perdón.

¡Pedir perdón por decir la verdad! Los trileros prefieren  la ficción, la mentira y la manipulación; han creado una ilusión en las gentes de buena fe y en los ingenuos para, a continuación, gestionar la frustración y seguir viviendo del juego o del cuento, que es lo mismo. 
 
Poco importaría que estos políticos "amas de cría" sean los encargados de administrar el llanto y el chupete, si no fuera por que también administran el sudor de los trabajadores. Importaría poco si no fuera por que muchos de estos asalariados llevan sin cobrar varias pagas extraordinarias; por que hay recortes en sanidad y educación; por que no se ha desarrollado la ley de dependencia, etc. Poco importaría si no fuera por que el jueguecito ha servido para tapar la incompetencia de un gobierno a la hora de solucionar los problemas  de sus ciudadanos; por que ha servido para tapar la corrupción que asoma por todas las rendijas...

Si el President fuera de esa pasta europea de la que presume, ya habría dimitido. De no hacerlo, los partidos que integran el movimiento nacional deberían presentar una moción de censura, destituirle e inmediatamente, convocar elecciones con el tema de la independencia como primer punto de su programa. Pero no sólo eso; el futuro de un país y de sus ciudadanos no se puede conformar con una ilusa promesa de un mañana pleno de "salud, dinero y amor". Hay que aclarar si Cataluña saldrá o no de la UE y qué consecuencias tendría una hipotética salida; qué moneda tendrá el nuevo país; cómo se repartirá la deuda, etc. Hay que responder a la pregunta: ¿Idependencia, para qué? ¿Para que nos gobiernen los mismos, pero con menos controles? ¿Para "construir una república libre y anticapitalista", como defiende la CUP?

Aquí hay que mojarse, amigos. "Nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno". Hay que "tomar partido hasta mancharse". ¿Qué es eso de "no saber" si somos independentistas o no? ¿Qué es eso de dar libertad de voto a los militantes? ¿Acaso no la tienen como ciudadanos? ¡Ya está bien de cachondeo!

Ahora la burguesía, esa dama dominante,  tiene que tomar la palabra para responder a la proposición de Oriol Junqueras. ¡Hagámoslo por favor!, le suplica el galán lloriqueando. El asunto requiere una clara contestación. No está bien dar largas al pretendiente para luego dejarlo con la miel en los labios; no está bien jugar con las pasiones y los sentimientos. Hay que evitar que el mozo se convierta en un amante despechado, porque a unos les da por hacer "cosas raras" y a otros, por hablar en los juzgados. ¡Que se lo pregunten a los Pujol!

Por ello, alguien tendrá que explicar al galán que es difícil "hacer el amor en un Simca 1000, porque el asiento no se echa para atrás". Alguien tendrá que hacerle ver que la Caixa tiene el 70% de su negocio en España;  que la SEAT vende la mayor parte de sus coches en Europa y no  quiere aranceles... Y que si, en el nuevo país, desciende la actividad económica de estas grandes empresas, miles de trabajadores irán al paro, que no es un lugar paradisíaco, ya que los obreros no tienen la misma  cobertura económica que los políticos. Alguien tendrá que decirle que "la independencia" es muy atractiva cuando sólo se muestran  las delicias del paraíso, pero si se enseñaran las llamas del infierno, a lo mejor algunos no lo tendrían tan claro.

En definitiva, amigos, alguien tendrá que abrirle los ojos y convencerlo de que la historia, como el asiento del Simca, "no se echa para atrás".

Para tan difícil misión, ese alguien podría ser su compañero de movimiento, el consejero y dirigente de CDC, Santi Vila. Este patriota ha echado un jarro de agua frí­a a los planes independentistas de ERC, al afirmar que "la independencia es una idea instrumental". Y ha añadido: "Si alguna cosa nos sorprende y nos choca a los que somos más racionales, más frí­os, es que haya tanta ilusión y tanta esperanza vertida en una idea que es instrumental".

Preguntado sobre si la actual tensión independentista "acabará bien", el consejero de Territorio y Sostenibilidad ha lanzado una advertencia:"A mí­ me cuesta creer o imaginar que con la historia espectacular de éxito que hemos hecho entre todos (...), sencillamente constatando la historia espectacular de éxito que hemos vivido como catalanes en los últimos 40 años, me cuesta creer que, al final, lo fiaremos todo a personas o planteamientos que lo pudieran poner en riesgo, me cuesta creerlo. Pueden imaginar que, en lo que dependa de mí y del Gobierno [autonómico] de Cataluña, eso no irá por aquí".(1)

Pues eso, que aunque Jordi Évole pasee al señor Junqueras por media España, para que veamos que no muerde, la dama burguesa no se fía de las aventuras; quiere seguridad y formalidad.  A los ricos les ha ido muy bien en los últimos años y no quieren arriesgar sus fortunas en juegos de resultado imprevisible. El Capital, que es quien manda,  quiere seguridad jurídica y estabilidad; riesgos, los mínimos y cuanto más lejos, mejor. 
Por su parte, los trabajadores también quieren garantías de que podrán seguir pagando la hipoteca, de que cobrarán las pensiones,etc. Me temo que si tienen que elegir entre la bandera y las habichuelas, se decantarán por estas últimas. Pero si, ejerciendo su derecho, votan por la independencia, que lo hagan con plena información y conocimiento de causa. 
 
(1) "Vila rechaza adelantar las elecciones y advierte sobre los riesgos de la secesión" (Crónica Global, 22-10-2014).

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