domingo, 15 de marzo de 2015

LA OBLIGACIÓN DE SER GRACIOSO. Por Alonso Martos.


Dicen que Andalucía es la tierra de la gracia y del salero. A lo mejor es verdad, porque aquí hemos sabido poner sal a los sinsabores de la vida;  letra y música al sufrimiento y al mal tiempo, buena cara. Y, dado que para ser gracioso "de verdad" hay que ser muy inteligente, esto es un mérito que no todo el mundo puede acreditar. Precisamente por esta razón, no todos podemos ser graciosos o, al menos, no podemos serlo todo el tiempo. Pero, cuando todo lo andaluz aparece rebozado de "gracia" (léase grasia para aumentar la dosis), corremos el riesgo de convertirnos en huevos sin sal. El exceso de gracia puede derivar en salmuera y si el gracioso repite siempre los mismos chistes o bromas , hace que lo divertido se torne soso, cuando no molesto. Es que   “lo mucho cansa, lo poco gusta y lo repetitivo aburre”, dice el refrán.  
 
Observo que, una buena parte de los contenidos que la televisión andaluza nos ofrece, están basados en los "tópicos típicos" de nuestra tierra: copla, toros, fiestas, procesiones, romerías... y "mucha grasia" y salero.

Así, veo en Canal Sur el programa Menuda Noche, donde salen niños “graciosos”, que cuentan chistes “graciosos” y hacen preguntas con mucha “gracia” a “famosos”: cantantes, humoristas, etc.  Y la verdad es que los niños, por su espontaneidad y naturalidad, suelen provocar la sonrisa hasta en el más desaborido. 

Ahora bien, puede pensarse que, en este tipo de programas, se exalta  desmesuradamente la “gracia andaluza”; se puede pensar que todo gracioso puede  vivir de la “gracia” y ganarse la vida con ella. Y en una región con tanta “gracia”, se puede pensar que si uno es andaluz, tiene que ser “gracioso” por el hecho de serlo.

 Pero, claro, uno puede sentirse el más desgraciado del mundo si habiendo nacido en esta tierra, los dioses han pasado de largo y no han depositado en él la porción de gracia que le hubiera correspondido por su lugar de nacimiento. Así, pues, uno puede caer en la tentación de creer que tiene  la “obligación de ser gracioso”. Y en el intento de forzar la máquina dispensadora de gracia, uno puede convertirse en un insoportable pelmazo, porque no hay nada más “desgraciado” que un “gracioso forzado”.
 
 Entonces, ¿qué hacemos con los “sin sal”? Lo normal sería que se dedicaran a las profesiones de  astronautas, médicos, profesores... o conductores de tren. Aquí surge el pero: esos modelos no salen en la tele y además ganan poco dinero. Los niños de hoy lo que realmente quieren es ser famosos. "El sueño de cualquier niño es sentarse en la escalera", canta un niño fandanguero; es decir, participar en el citado programa.

Muchos serán también los que sueñen con ser grandes futbolistas, pues en el “país del puntapié” no les van a faltar retransmisiones que les sirvan de ejemplo. Y si la gracia no se les ha bajado a las piernas, pues los apuntamos a “Se llama copla” a ver si en esta “operación triunfo del arte coplero” hay suerte y se ganan las habichuelas con el cante.
 
De no caer nada, no hay que desesperar, que dicen que arte también es el “toreo” y ahí está el programa "La suerte está echada": programa en el que Jesulín de Ubrique busca jóvenes promesas del capote. Así mismo, se pueden ampliar conocimientos y observar modelos a los que parecerse en  "Toros para todos".

Y si, por mil demonios, no consiguen abrirse camino en ninguna de las "artes" anteriores,  podemos explorar eso que han dado en llamar nuevos nichos de empleo. Se me ocurre que, aunque sea a tiempo parcial, podrían dedicarse a costaleros, empujatronos, romeros... que tampoco les faltarán ocasiones donde ejercitarse; porque ya lo decía el rústico: <<Aquí semos más de creencia que de ciencia>>. Y estando en estos asuntos, a lo mejor los santos echan una mano y las quinielas, la primitiva o la lotería nacional les resuelven la vida.

Mientras tanto leo en los periódicos que Andalucía es una de las tres comunidades con la tasa más alta de población en riesgo de pobreza. Y como parece que no va a haber suficiente pan para tanto artista, me temo que tendrán que coger la maleta; en eso nos sobra experiencia y podemos dar lecciones a medio mundo. 

 Así, pues... alea iacta est  ¡Que Jesulín reparta suertes y que Dios nos pille confesados!  En dos palabras: ¡Im---presionante!

PD: Y si no quieres arroz, toma dos tazas llenas: El nuevo programa "Tiene gracia", un concurso semanal cuyo objetivo es encontrar nuevos humoristas. Su director,  Álvaro Begines,  afirma que "nos pueden ganar en muchas cosas en otras regiones pero a los andaluces en humor no nos gana nadie" (...). Pues claro, hombre, ni en número de parados, ni en fracaso escolar...
¿Más arroz? Pues ahí tenéis "El Gran Queo". ¿Cómo "sus habéis queao"?

Nota: Algunos de los programas mencionados han dejado de emitirse pero han sido sustituidos por otros igual de zafios y garrulos.