jueves, 16 de junio de 2016

"EL DEL CORBATÍN". Por Alonso Martos.

Me ha hecho sonreír el periodista Alfonso Rojo refiriéndose a Pablo Iglesias – la copia “made in Taiwan” - como el del <<corbatín de banderillero>>Considero que es un calificativo perspicaz: el talle y la coleta los lleva de serie; así que la montera le quedaría “clavaíca”. Ahora que ha incorporado a la colección el disfraz de patriota, no estaría mal que lo luciera haciendo el paseíllo al son del "España cañí". Algunos votos taurinos caerían, digo yo.

La verdad es que – sin ánimo de ofender a una persona tan “cum laudeada” - el muchacho tiene pinta de “maletilla”; de aquellos antiguos maletillas con arrojo, dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de vestir el traje de luces.

Y es que <<el del corbatín>> quiere ser presidente de gobierno, cueste lo que cueste; y para ello está dispuesto a torear o a hacer títeres, si hace falta. Puede acostarse leninista y levantarse socialdemócrata; no tiene el más mínimo empacho en ser anticapitalista y citar a la OCDE y al FMI como fuentes de autoridad; tan pronto coge el hisopo y rocía a Marx y Engels con el agua bendita de la socialdemocracia, como se alía con los comunistas de toda la vida. Lo mismo se presenta ante el Jefe del Estado con camisa y vaqueros que viste de esmoquin en la gala de los Goya...No es de derechas ni de izquierdas, sino todo lo contrario. En fin, que ha conseguido superar las leyes de la lógica: <<él es todo y nada al mismo tiempo>>.


Podemos estar de acuerdo, o no, con sus ideas pero me parece inaceptable el persistente intento de disfrazarlas, cuando no de ocultarlas, en aras de llegar al poder a toda costa.

Tengo la sensación de que la "nueva política"  es más vieja que el mear y está plagada de horteras - en lo estético - y de impostores - en lo ético -.

Detesto a los políticos camaleónicos que disponen de un disfraz para cada ocasión. También el maquiavelismo tiene sus límites: no vale cualquier medio para conseguir el fin. Nadie debería llegar al gobierno mediante el embaucamiento y la ocultación de las propias ideas. Hay que expulsar de la política a los chotacabras.