lunes, 25 de marzo de 2013

LA NECESIDAD DE AMAR. Por Alonso Martos.



Sin amor, la humanidad no podría existir un día más”. (Erich Fromm).
 

Estaba escuchando la canción “Sentimiento de amor” del grupo Triana y me han venido a la memoria aquellas largas noches de estudio, previas a los exámenes finales, cuando brotaba “el sentimiento de amor que me llevaba hacia ti”, Mujer. Y en las páginas del libro, en los apuntes, todas las palabras decían tu Nombre; y en el cerebro, ocupado plenamente Contigo, no entraba otra idea... otras ideas... Entonces, era el momento de hacer un descanso, ir al bar de costumbre, pedir un café y dirigirse a la máquina de discos :
 
-  Introducir moneda:un duro.
-  Seleccionar canción: “El día que me quieras” de Roberto Carlos.
 
Y allí, desde la atalaya del taburete y barra, perdida la mirada en el horizonte de la taza, encendía “un ducados”, aspiraba hondamente el humo del cigarrillo y comenzaba a sonar el vinilo :
    Acaricia mi ensueño
    el suave murmullo de tu suspirar,
    cómo ríe la vida
    si tus ojos negros me quieren mirar.
    Y si es mío el amparo
    de tu risa leve, que es como un cantar.
    Ella aquieta mi herida
    ¡Todo, todo se olvida!” (…)
Por aquella época leí un precioso libro – que os recomiendo – del sociólogo, psicólogo y filósofo alemán, Erich Fromm: “El Arte de Amar”.
No hace mucho, hallé en una deteriorada libreta, la reseña que hice del mismo. Y, porque creo que tiene plena vigencia en la actualidad, quiero compartirla con vosotros.
 
Para la mayoría de las personas, dice Fromm, el amor es una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno “tropieza” si tiene suerte.
Sin embargo él defiende que “el amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo” desde el punto de vista teórico y práctico.
El amor comienza con la existencia humana. Aunque encontramos una “forma de amor” en los animales, sus afectos se refieren a los instintos, de los que sólo algunos restos operan en las personas.
Lo esencial en la existencia del hombre es el hecho de que ha emergido del reino animal, de la adaptación instintiva, de que ha trascendido la naturaleza -si bien jamás la abandona y siempre forma parte de ella- y, sin embargo, una vez que se ha arrancado de la naturaleza, ya no puede retornar a ella; una vez arrojado del paraíso -un estado de unidad original con la naturaleza-, no puede regresar a él. Sólo puede ir hacia adelante desarrollando su razón, encontrando una nueva armonía humana. La persona tiene conciencia de sí misma, como una entidad separada; sabe de su breve paso por la vida, de que nace sin que intervenga su voluntad y que ha de morir en contra ella.
La vivencia de su soledad, de su “separatidad”, de su desvalidez frente a las fuerzas de la naturaleza y la sociedad, provoca angustia. Estar separado significa estar aislado, sin posibilidad alguna para utilizar mis poderes humanos.
La base de nuestra necesidad de amar está en el deseo de abandonar la prisión de la soledad. La unión, la fusión interpersonal es el impulso más poderoso que existe en el hombre. Constituye su pasión más fundamental, la fuerza que sostiene a la raza humana, al clan, a la familia y a la sociedad.
La incapacidad para alcanzarlo significa insania o destrucción -de sí mismo o de los demás-. Sin amor, la humanidad no podría existir un día más.
Trátase del amor como solución madura al problema de la existencia. El amor maduro significa unión a condición de preservar la propia integridad, la propia individualidad. Es un poder activo en el hombre; un poder que atraviesa las barreras que separan al hombre de sus semejantes y lo une a los demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de aislamiento y “separatidad”, y no obstante le permite ser él mismo, mantener su integridad. Se da, pues, la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos.
En el amor pasional, la persona es esclava de la pasión; su actividad es una “pasividad” en tanto que sufre la acción y no la realiza. El amor es una acción, una práctica de un poder humano, que sólo puede realizarse en la libertad y jamás como resultado de una compulsión; es un «estar continuado», no un «súbito arranque».
Este carácter activo hace que amar sea fundamentalmente dar, no recibir. Dar constituye la más alta expresión de potencia. Dando experimento mi fuerza, mi riqueza, mi poder. Tal experiencia de vitalidad y potencia exaltadas me llena de dicha. Me experimento a mí mismo como desbordante, pródigo, vivo, y, por tanto, dichoso. Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar está la expresión de mi vitalidad.
¿Qué le da una persona a otra? Da de sí misma, de lo más precioso que tiene, de su propia vida. Ello no significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra, sino que da lo que está vivo en él -da de su alegría, de su interés, de su comprensión, de su conocimiento, de su humor, de su tristeza-, de todas las expresiones y manifestaciones de lo que está vivo en él. Al dar así de su vida, enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de vida de la otra al exaltar el suyo propio. No da con el fin de recibir; dar es de por sí una dicha exquisita. En lo que toca específicamente al amor, eso significa: el amor es un poder que produce amor.
Además del elemento de dar, el carácter activo del amor implica ciertos elementos básicos, comunes a todas las formas del amor. Esos elementos son: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento.
  • Que el amor implica cuidado es especialmente evidente en el que profesa una madre por su hijo. El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos. Cuando falta tal preocupación activa, no hay amor.
  • La responsabilidad, en su verdadero sentido, es un acto enteramente voluntario; constituye mi respuesta a las necesidades, expresadas o no, de otro ser humano. Ser «responsable» significa estar listo y dispuesto a «responder». La persona que ama, responde, de acuerdo con la raíz de la palabra (respicere = mirar): la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única.
  • Respetar significa preocuparse porque la otra persona crezca y se desarrolle tal como es. De ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Quiero que la persona amada crezca y se desarrolle por sí misma, en la forma que les es propia, y no para servirme. Si amo a la otra persona, me siento uno con ella, tal cual es, no como yo necesito que sea, como un objeto para mi uso. Es obvio que el respeto sólo es posible si yo he alcanzado independencia; si puedo caminar sin muletas, sin tener que dominar ni explotar a nadie. El respeto sólo existe sobre la base de la libertad: el amor es hijo de la libertad, nunca de la dominación.
  • Los tres elementos anteriores serían ciegos si no los guiara el conocimiento. Y éste estaría vacío si no lo motivara la preocupación. Hay muchos niveles de conocimiento; el que constituye un aspecto del amor no se detiene en la periferia, sino que penetra hasta el meollo. Sólo es posible cuando puedo trascender la preocupación por mí mismo y ver a la otra persona en sus propios términos. En el acto de fusión, te conozco, me conozco a mí mismo, conozco a todos. Conozco de la única manera en que el conocimiento de lo que está vivo le es posible al hombre -por la experiencia de la unión-.
Estos elementos constituyen un síndrome de actitudes que se encuentran en la persona madura. El amor inmaduro dice: «Te amo porque te necesito». El amor maduro dice: «Te necesito porque te amo».
 
Hasta ahora he hablado sobre el amor como forma de superar la “separatidad” humana, como la realización del anhelo de unión. Pero por encima de la necesidad universal, existencial, de unión, surge otra más específica y de orden biológico: el deseo de unión entre los polos masculino y femenino. La polarización sexual lleva al hombre a buscar la unión con el otro sexo. El deseo sexual es una manifestación de la necesidad de amor y de unión.
 
Existen diversos tipos de amor, que dependen de la clase de “objeto” que se ama:
 
a) Amor fraternal. Es el amor a todos los seres humanos; se caracteriza por su falta de exclusividad y se basa en la experiencia de que todos somos uno. Si percibo en otra persona nada más que lo superficial, percibo principalmente las diferencias, lo que nos separa. Si penetro hasta el núcleo, percibo nuestra identidad, el hecho de nuestra hermandad. El amor sólo comienza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fines personales.
b) Amor materno. Es el amor incondicional; una afirmación incondicional de la vida del niño y sus necesidades. Es la actitud que inculca en el niño el amor a la vida.
c) Amor erótico. Es el anhelo de fusión completa, de unión con una única otra persona. Por su propia naturaleza, es exclusivo y no universal. Excluye el amor por los demás sólo en la fusión erótica, pero no en el sentido de un amor fraterno profundo. Es frecuente encontrar dos personas «enamoradas» la una de la otra que no sienten amor por nadie más. Son dos seres que se identifican el uno con el otro, y que resuelven el problema de la separatidad convirtiendo al individuo aislado en dos. Es también, quizá, la forma de amor más engañosa que existe.
En primer lugar, se lo confunde fácilmente con la experiencia explosiva de «enamorarse» o enamoramiento. La intimidad se establece principalmente a través del contacto sexual. Pero la intimidad de este tipo tiende a disminuir cada vez más a medida que transcurre el tiempo. El resultado es que se trata de encontrar amor en la relación con otra persona, con un nuevo desconocido. La experiencia de enamorarse vuelve a ser estimulante e intensa, para tornarse otra vez menos y menos intensa, y concluye en el deseo de una nueva conquista, un nuevo amor - siempre con la ilusión de que el nuevo amor será distinto de los anteriores -. El carácter engañoso del deseo sexual contribuye al mantenimiento de tales ilusiones. Este deseo puede ser estimulado por la angustia de la soledad, por el hecho de querer conquistar o ser conquistado, por la vanidad... tanto como por el amor. No obstante, el amor puede inspirar el deseo de la unión sexual; en tal caso, la relación física hállase libre de avidez, del deseo de conquistar o ser conquistado, pero está fundido con la ternura.
d) Amor a sí mismo. Es creencia común que amar  a los demás es una virtud, y amarse a sí mismo, una forma de egoísmo, ya que cuanto más me amo, menos amo a los otros. Serían, pues, amores excluyentes, en el sentido de que cuanto mayor es uno, menor es el otro. Pero esto no tiene porqué ser así, ya que el amor a sí mismo está inseparablemente ligado al amor a cualquier otro ser. No sólo los demás, sino nosotros mismos somos objeto de nuestros sentimientos y actitudes. 
e) Amor a Dios. Es el resultado de la idealización del los amores materno y paterno. El carácter del amor a Dios depende de la respectiva gravitación de los aspectos matriarcales y patriarcales en la religión. El aspecto patriarcal me hace amar a Dios como a un padre; supongo que es justo y severo, que castiga y recompensa.En el aspecto matriarcal de la religión, amo a Dios como a una madre omnímoda.
Pero la evolución de la conciencia religiosa tiende a que Dios deje de ser la figura de un padre y se convierta en el símbolo de sus principios, los de justicia, verdad y amor. Dios es verdad, Dios es justicia. En ese desarrollo, Dios deja de ser una persona, un hombre, un padre y se convierte en el símbolo del principio de unidad subyacente a la multiplicidad de los fenómenos. 
 
Hasta aquí hemos desarrollado la parte teórica del amor.
En lo que a la práctica se refiere, poco puede decirse, según el autor, pues amar es una experiencia personal que sólo podemos tener por y para nosotros mismos; en realidad, prácticamente no existe nadie que no haya tenido esa experiencia, por lo menos en una forma rudimentaria, cuando niño, adolescente o adulto.

 A modo de CONCLUSIÓN puede decirse que el amor sólo es posible cuando dos personas se comunican entre sí desde el centro de sus existencias. Por lo tanto, cuando cada una de ellas se experimenta a sí misma desde el centro de su existencia.
Sólo en esa «experiencia central» está la realidad humana, sólo allí hay vida, sólo allí está la base del amor. Experimentado en esa forma, el amor es un desafío constante; no un lugar de reposo, sino un moverse, crecer, trabajar juntos; que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario con respecto al hecho fundamental de que dos seres se experimentan desde la esencia de su existencia, de que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de sí mismos. Sólo hay una prueba de la presencia de amor: la hondura de la relación y la vitalidad y la fuerza de cada una de las personas implicadas; es por tales frutos por los que se reconoce el amor.
La gente capaz de amar, en el sistema actual, constituye por fuerza la excepción; el amor es inevitablemente un fenómeno marginal en la sociedad occidental contemporánea. No tanto porque las múltiples ocupaciones no permiten una actitud amorosa, sino porque el espíritu de una sociedad dedicada a la producción y ávida de artículos es tal que sólo el no conformista puede defenderse de ella con éxito. Los que se preocupan seriamente por el amor como única respuesta racional al problema de la existencia humana deben, entonces, llegar a la conclusión de que para que el amor se convierta en un fenómeno social y no en una excepción individualista y marginal, nuestra estructura social necesita cambios importantes y radicales. 
La sociedad debe organizarse de tal forma que la naturaleza social y amorosa del hombre no esté separada de su existencia social, sino que se una a ella. Si es verdad, como he tratado de demostrar, que el amor es la única respuesta satisfactoria al problema de la existencia humana, entonces toda sociedad que excluya, relativamente, el desarrollo del amor, a la larga perece a causa de su propia contradicción con las necesidades básicas de la naturaleza del hombre.
 
Hablar del amor no es «predicar», por la sencilla razón de que significa hablar de la necesidad fundamental y real de todo ser humano.
 
Y cuando en mis ratos de lectura, las palabras me traen Tu Nombre, Mujer, empieza a sonar el estribillo de aquella vieja canción de la máquina de discos...
 
El día que me quieras,
La rosa que engalana,
Se vestirá de fiesta
Con su mejor color(...)

La noche que me quieras,
Desde el azul del cielo,
Las estrellas celosas
Nos mirarán pasar

Y un rayo misterioso
Hará nido en tu pelo,
Luciérnaga curiosa
que verá que eres mi consuelo”.

lunes, 18 de marzo de 2013

DURAN I LLEIDA Y EL PRINCIPIO DE NO CONTRADICCIÓN. Por Alonso Martos.


Una cosa no puede ser y no ser a la vez y en el mismo sentido” (Aristóteles: Metafísica).

En Filosofía, es lo que se denomina “el principio de no contradicción”. Es decir, que una proposición no puede ser verdadera y falsa al mismo tiempo. Así, si afirmo que “Unió Democrática de Catalunya se financió ilegalmente” (Caso Pallerols) y lo contrario, una de las dos proposiciones ha de ser falsa.

Hace poco podíamos leer en el diario el País que “Unió Democrática de Catalunya (UDC) ha admitido que se financió ilegalmente a través de unas subvenciones para la formación de parados procedentes de la Unión Europea”.

Este mismo diario nos informa que la Audiencia de Barcelona envía a prisión a los condenados en este caso, pues “orquestaron una trama dirigida a que parte de los fondos públicos” sirvieran para “engrosar las arcas” del partido democristiano, que también fue condenado como responsable civil subsidiario y “partícipe a título lucrativo” en el fraude. Al aceptar ese relato de los hechos, Unió admitió haberse financiado de forma irregular a costa de subvenciones para parados, pese a los esfuerzos negacionistas de Duran i Lleida.

También en el Periódico de Cataluña, la portavoz de UDC, Marta Llorens reconoció que ese dinero entró en el partido y que con él se sufragó mobiliario y el alquiler de sedes pero que la dirección “no tuvo conocimiento alguno” de estas corruptelas...

No obstante, esta señora, declaró en Catalunya Radio y RAC1, que “no hay financiación irregular y queda claro que no hay responsabilidad directa de Duran, porque no es ni acusado ni condenado. Unió tampoco es acusada ni condenada. Por tanto, tiene absoluta coherencia con la respuesta que dio”. (Refiriéndose a que, en el año 2000, Duran i Lleida afirmó que dimitiría si se demostraba que había habido financiación irregular de su partido). Además, dijo entender la inquietud ciudadana: “por eso estoy dando explicaciones. Somos serios, aunque cueste entenderlo”.

Pues sí, cuesta entenderlo...¡Tendremos que solicitar el auxilio de los dioses para que iluminen nuestras entendederas!

Pero el nudo gordiano es la dimisión. Este señor, con tal de no dimitir, negaría la existencia del propio Aristóteles. Juntando todas “las meriendas” - que diría el Buscón – dejaría de percibir cerca de diez mil euros mensuales y todos los “privilegios que conlleva la política” en este país. Por eso algunos lo llaman “Durancell” porque su cualidad más sobresaliente es, como las pilas, durar y durar en el “sillón”.

En su día, el señor Duran pidió disculpas y reconoció sentir vergüenza y, pese a ello y a la asunción judicial, negó en todo momento que Unió se financiara ilegalmente. Y lo hizo argumentando que el partido desconocía las prácticas, aunque uno de los implicados era el secretario de organización de la formación, Vicenç Gavaldà.

Pero hay más. Este señor ha considerado “sorprendente” que los condenados tengan que entrar en prisión...Y ha remarcado que UDC es perjudicada y no beneficiada en el caso...pues el partido “se lucró de buena fe”.

Que considere “sorprendente” que un político entre en prisión, es normal, dado que es un hecho infrecuente, a pesar de los abundantes casos de corrupción. Pero lucrarse es sacar provecho de un negocio, y cuando se demuestra que es un “negocio ilegal” o derivado de comportamientos delictivos, lo normal – en “una democracia europea” - es la dimisión del presidente del partido. Sí, señor Duran, lo ético sería dimitir, aunque sea una “dimisión de buena fe”.

Independientemente de que se conociera o no, para los que no vamos en coche oficial, si parte del dinero destinado a la formación de parados “se desvía” hacia el partido y se usa para pagar mobiliario, alquileres y sueldos, eso se llama financiación irregular. Este es el hecho objetivo y aceptado ante un juez.

Sorprende la miopía - ¿quizás ceguera de no querer ver? - respecto a lo que pasa en su propia casa y la vista de lince para con los lejanos parados andaluces.

Pues bien, amigos, de lo que precede, parece deducirse que Duran i Lleida niega el principio de no contradicción o pretende refutarlo, ya que el dinero “sirvió para engrosar las arcas del partido”, pero éste no se financió ilegalmente. Dicho argumento, formulado en los términos de la lógica aristotélica sería: “UDC se financió ilegalmente pero no se financió ilegalmente”.

El sabio Avicena decía que a cualquier persona que niegue el principio de no contradicción, se la debería golpear y quemar hasta que admita que ser golpeado y ser quemado no es lo mismo que no ser golpeado y no ser quemado”.

Cuántas “mentes nubladas” habrá en este país, para que este pseudoabad monserratino haya sido el político más valorado durante un largo período de tiempo. Claro, que también cabe preguntarse cómo serán los demás políticos si éste ha ocupado el primer puesto en la clasificación.

sábado, 16 de marzo de 2013

ALGUNAS TRADICIONES Y COSTUMBRES DE OVERA. Por Alonso Martos.


*PARA VOSOTROS, JÓVENES.

Mejor dicho: para los más jóvenes. Porque tenéis que saber, amigos, que hubo un tiempo, no muy lejano, en el que no había ordenadores, ni videoconsolas, ni teléfonos móviles o fijos, ni televisión... ni discotecas, ni bares musicales...ni asfalto en las calles, ni alumbrado público...ni electricidad en las casas, el suelo de éstas era de yesones... ni cuarto de baño, ni agua corriente...Las mulas pasaban por el pasillo central de las casas para ir a las cuadras, las gallinas estaban sueltas durante el día...Puede decirse que personas y animales convivían en armonía...

La primera muñeca de las niñas era su hermano/a pequeño al que tenían que cuidar mientras trabajaban sus padres, pero si tenían alguna era de trapo y fabricada por ellas; el primer coche de los niños era de palera, también hecho por ellos...

Diego Díaz y su nieta Flor.En el Cerrico (La Concepción).
El fútbol casi no existía para ellos pues no tenían pelota; en todo caso podían hacer una de trapo. Pero también los trapos se aprovechaban para hacer jarapas ( de harapos) , para cambiarlos por quincalla o eran recogidos por el guiñapero. No les preocupaba ni el Madrid ni el Barça...¡Qué cosas...! ¡Y podían vivir sin este deporte!...
Niña echando de comer a las gallinas.
Principios del siglo XX.
(Foto de D.Pedro Román Martínez)
Por las mañanas no tenían problema para elegir la ropa, pues sólo había un modelo que ponerse. Si iban a la escuela, era por la noche porque durante el día había que ayudar en las faenas de la casa o del campo. En pocos meses aprendían a leer, escribir y las llamadas cuatro reglas : sumar, restar, multiplicar y dividir. El medio natural lo conocían perfectamente porque estaban todo el día en él...La educación la recibían en casa. Pocas normas y muy claritas, que podrían resumirse en una: - “que nunca me den una queja de ti”.
En esa época el tiempo de ocio y diversión era muy limitado: casi siempre había algo que hacer...Como hoy, la gente tenía sus problemas, pero también se divertía y era feliz a su manera. Ahora bien, las diferentes formas de diversión eran muy distintas a las actuales. Algunas de las cosas que hacía la gente de aquella época, hoy nos pueden parecer auténticas barbaridades, pero estaban aceptadas socialmente y cada costumbre hay que situarla en su contexto. ¿Acaso veríamos bien hoy que alumnos y profesores fumaran en la misma clase? Pues ocurría hace treinta años.

Por ello amigos, quiero describiros algunas tradiciones y costumbres de nuestra tierra, algunas desaparecidas por la lógica del devenir, otras en “peligro de extinción” y las más afortunadas que aún sobreviven. Algunas merecerían ser revividas, mientras que otras bien sepultadas están. Veamos.



*LAS PÚAS PICANTES.
Ristra de pimientos picantes.

Asociado a los bailes y las matanzas estaba la costumbre/jugarreta de poner púas picantes. Se trataba de mezclar en un recipiente metálico (lata,cubo...) bastantes brasas con semillas de guindilla picante seca. A esto se le añadía un poco de boñiga de burra (excrementos de este animal), lo cual dificultaba la combustión y provocaba una fuerte humareda. Era entonces cuando lo introducíamos en la casa donde se celebraba el evento: por la puerta, si era posible, por una ventana...por la chimenea. La cuestión era colocarlo lo más escondido posible a fin de que tardaran tiempo en detectarlo. Si podíamos, atábamos las puerta por fuera dificultando cuanto podíamos la salida de la casa. Cuanta menos ventilación, mejor. La inhalación de este humo producía picor de garganta , tos, “peos” (pedos). Era normal que los burlados persiguieran a los “gamberretes” y ... ahora corre, ahora escóndete por las paleras o naranjos... silbidos, risas...Así pasábamos el rato.


*ECHAR LOS AÑOS.

Durante la Navidad se solían organizar bailes y en Noche Vieja era costumbre “echar los años”. Se trata de apuntar en papeles los nombres de las chicas y meterlos en una bolsa; los nombres de los chicos en otra y una tercera con los adagios (Frases breves, normalmente pareados, con contenidos satíricos o picantes), que los mozos escribían a las mozas.
 
Los muchachos y muchachas se sentaban formando un corro; se extraía un papel con el nombre de una chica y otro con el nombre de un chico y se emparejaban. A éstos les correspondía un adagio del tipo : “Ni que tires por aquí, ni que tires por allí / tu chirrín será para mí”.

Según el adagio, el carácter de la señorita, etc, su reacción podía ser de enfado, alegría, sofoco...

Probablemente, el origen de esta costumbre hay que situarlo en la celebración por parte de los romanos de las fiestas Saturnales y Lupercales, antes de nuestra era. Uno de los ritos más esperados consistía en meter en una caja ciertas prendas con los nombres de las adolescentes. Por turnos , cada muchacho metía la mano en dicha caja y sacaba la que sería su compañera de diversión durante todo el año. Con el paso de los siglos, el cristianismo intentó “civilizar” esta fiesta naciendo así, el día de los enamorados: San Valentín.

Esta costumbre desapareció en la segunda mitad del pasado siglo.
 
*LA NOCHE DE LOS TIESTOS:
 
La palabra tiesto viene del latín testu/testum, vasija de barro. Esta era el arma utilizada para nuestras fechorías.
La noche anterior al miércoles de ceniza o cuando se hacía la matanza del cerdo, la pandilla de jóvenes quedábamos para tirar los tiestos. Pertrechados con macetas rotas, cántaros viejos, tejas, etc, nos dirigíamos a las casas que habíamos elegido para nuestra travesura. Solían ser aquellas cuyos dueños reaccionaban con rabia y nos perseguían en la huida.
Cántaro.A veces se llenaba de ceniza.
La mayoría de las casas tenía una puerta de dos hojas; llegábamos con el mayor sigilo, empujábamos la media hoja y...”¡el tiestazo!”. Si estaba cerrada tocábamos y cuando abrían ¡Cataplón, el barro cocido crujía a sus pies! En ocasiones, para mayor fastidio de la víctima, el recipiente estaba lleno de ceniza. Ahora tocaba correr a todo tren y esconderse en las paleras o naranjos, para no ser cazados por el burlado.

No tengo documentado el origen de esta costumbre. Es sabido que en la matanza del cerdo suelen participar los vecinos, ayudando en los quehaceresde la misma. También son invitados a comer las morcillas o las famosas migas de matanza. Podría ser que los no invitados “pagaran con esta trastada” su exclusión del evento.
 
Asociada a esta actividad estaba la trastada de quitarle un trozo a los lomos del cerdo que estaba colgado a la entrada de las casas para que las carnes se enfriasen. Para mayor refrigeración la puerta permanecía abierta hasta bien entrada la noche y por ahí venía el peligro. A veces le colgaban un cencerro al cerdo que servía como alarma.

También es posible que el origen de dicha tradición esté ligada a las celebraciones que rondan al equinoccio de invierno, a las transgresiones del carnaval, a “quemar los últimos cartuchos” y aprovechar los últimos momentos de permisividad antes de las restricciones cuaresmales que se inician el miércoles de ceniza...

Esta tradición hace años que desapareció, entre otras razones porque se romperían las losas de las casas donde se tirara el tiesto y no sería aceptado actualmente.

*LA CENCERRADA:

Cencerros.
Cuando un viudo/a se volvía a casar, en la noche de bodas se le daba la cencerrada. Los vecinos del lugar se dirigían a la casa de la víctima portando cencerros, caracolas, latas, cacerolas, sartenes, almireces...(cualquier objeto que pudiera hacer ruido) y los hacían sonar formando el mayor estruendo posible. Al mismo tiempo recitaban“pregones burlescos”, caricaturizando a las personas que se casaban, del tipo: “¡Atención, atención, se nos casa el gabinete de información!” Refiriéndose a que la viuda que se casaba era una alcahueta.Se trataba pues, de resaltar los pecadillos y defectos de los contrayentes. Por ello los viudos/as se casaban en secreto, aunque rara vez podían evitar que le dieran la cencerrada.

El antropólogo Julio Caro Baroja en “Vida y muerte de la cencerrada en España” recoge la descripción de esta costumbre hecha en el Diccionario de Ayala (1693), situando su origen en el Reino de Valencia aunque también se usaba en Francia con el nombre de charivari.
En nuestra literatura aparecen cencerradas en El Quijote, en Platero y Yo o en Juanita la Larga.
Vida y muerte de la cencerrada en España.(Historia 16).
Desde antiguo, esta costumbre era concebida por las autoridades como una alteración del orden público y fueron prohibidas ya en tiempos de Carlos II (Siglo XVII), bajo pena de cuatro años de presidio y multa de cien ducados.

A pesar de las sucesivas prohibiciones las cencerradas siguieron celebrándose hasta la segunda mitad del pasado siglo, entre otras razones porque eran toleradas por las autoridades civiles y religiosas. La moral cristiana, en su forma rigorista, las aceptaba pues no veía con buenos ojos las segundas nupcias o los matrimonios con demasiada desigualdad en las edades de los contrayentes.

*EL AGAREJO:
 
La palabra agarejo no está en el diccionario porque es una palabra compuesta, de origen semítico, que significa “hijo de Agar”.

Agar era la concubina de Abraham, y por tanto, para la moral de la época, una puta. Los niños de mi generación cuando le queríamos hacer una gamberrada a otro, le hacíamos el agarejo. Consistía en tumbar al niño en el suelo, bajarle los pantalones y escupirle y echarle un puñado de tierra en los genitales.

La expulsión de los moriscos.

El origen se remonta al siglo XVI, cuando los mudéjares, que no quisieron abandonar su tierra y sus bienes, se convirtieron al catolicismo pasando, así, a la condición de moriscos. Pero en la sociedad de la época se dudaba de la autenticidad de esas conversiones. Pensaban que muchas de ellas habían sido por conveniencia y que en privado seguían los preceptos del islam.

Pues bien, cuando se dudaba de la conversión real de un morisco al catolicismo, le miraban los genitales para ver si estaba circuncidado. En caso afirmativo, le hacían lo anteriormente descrito y le llamaban “Agarejo” (hijo de puta). Evidentemente, nosotros desconocíamos la significación del agarejo y no hay que decir que hoy sería inaceptable tal práctica.


*LAS CARRERAS DE CINTAS:



Se suelen celebrar durante las fiestas patronales y consiste en atar un alambre a dos palos en el que se introducen unos carretes con cintas de colores, bordadas por las mozas del pueblo, y se deja colgando la pequeña anilla por la que los jinetes habrán de introducir un punzón.
Carrera de cintas a caballo.

Los hombres que desean participar son inscritos para el torneo por la comisión de fiestas.

Los caballistas inician la carrera al galope, de pie sobre los estribos, para lograr la altura del mencionado alambre. Intentan introducir el punzón por la anilla de la cinta para llevársela y, si lo consiguen, la dama correspondiente le impondrá dicha cinta, colocándola en bandolera y premiando al mozo con un beso o dándole la mano. Después, los participantes se pasean por el real de la fiesta exhibiendo sus trofeos.

Suele ser frecuente que más de un participante tenga interés en conseguir la misma cinta , por lo que hay un cierto pique entre ellos. En cualquier caso, ganará el que más cintas consiga.
Carrera de cintas en bicicleta (Años 60).
En el pasado siglo, estas carreras también se hacían en bicicleta o en moto, pero en los últimos años han vuelto a su forma tradicional celebrándolas con caballos.

El origen de esta celebración hay que situarlo en la época medieval. Cuando los caballeros no estaban guerreando se dedicaban a la caza u organizaban torneos para entrenarse y divertirse, a los que también asistían los villanos. Uno de estos torneos era el “Fuego del Aro” que consistía en introducir la punta de la lanza en uno de los aros metálicos que colgaban de una cinta, atada por el otro extremo por un falso nudo para que se soltara con facilidad.

Los caballeros participantes elegían una dama a la que dedicaban sus triunfos. Si ésta aceptaba, anudaba un pañuelo con los colores distintivos del caballero.
 
 
*EL DÍA DE LAS MERIENDAS.



El Domingo de Resurrección es costumbre que las familias y pandillas de amigos vayamos a comer al río o sus proximidades, especialmente al lugar donde estaba el puente de hierro en Santa Bárbara. Hace unos años había varios nacimientos de agua en la zona: “el cañico”, “las peñicas”, la fuente del moro... y se podía disfrutar del fluir de la fuente de la vida; aunque de todas formas, con agua o sin ella, sigue siendo el lugar elegido por excelencia.
Ocurre, a veces, que algunas personas se van a dormir la noche anterior, para que no les quiten el lugar .

Meriendas,2012.Foto:Ana M. García.
La fritada de carne (conejo o pollo), la tortilla de patatas, una paella...Pero lo más característico de la comida de las meriendas es el hornazo (Bollo de pan de aceite, con un huevo cocido en el centro, sujeto por dos tiras cruzadas de la misma masa).En otros lugares es preceptivo que los padrinos regalen el hornazo a su ahijado.
Meriendas en la década de los cincuenta.
La jornada acaba con la merienda (de ahí el nombre) , en muchas ocasiones, ya oscurecido el día.

El origen de esta costumbre hay que situarla en el conjunto de fiestas y celebraciones relacionadas con la llegada de la primavera, tanto desde el punto de vista pagano como religioso. Es la estación de la floración y de la fecundación, del despertar y el resurgir ...”la primavera la sangre altera”.La noche anterior los mozos han colocado el álamo a su pretendida (álamo:”te amo”).

La Resurrección de Cristo, desde el punto de vista religioso, es el acontecimiento central del Cristianismo.

Pero, una vez más, la fiesta hay que enmarcarla dentro del enfrentamiento entre el disfrute de los placeres mundanos, por un lado y el ayuno y la abstinencia, por otro.
Meriendas en el puente
de hierro.
(Santa Bárbara,años 50)
El Arcipreste de Hita (Siglo XIV) lo explica de forma didáctica en una simpática alegoría: La batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma. De tal forma que, después de estar cuarenta días prisionero de Doña Cuaresma, Don Carnal se escapa el Domingo de Ramos y reuniendo a sus huestes, huye en dirección a Jerusalén; ciudad a la que entra en un carro musical, acompañado de don Amor, de don Almuerzo y de doña Merienda.

El Domingo de Resurrección, familias y amigos respirarán un nuevo aire: el aire primaveral.

lunes, 11 de marzo de 2013

EL COLMO DE LA INGENUIDAD. Por Alonso Martos.


- ¿Saben ustedes cuál es el colmo de la ingenuidad?...

- Creer que un banco regala dinero.

Hace un tiempo leí en el periódico El Mundo que “cientos de personas acudieron a los cajeros de CajaCanarias en Tenerife porque corrió el rumor de que la entidad regalaba dinero por un error informático”.
La razón de la confusión creada es una consecuencia de la integración de CajaCanarias y La Caixa. Las entidades habían notificado que los movimientos en las cuentas entre el viernes y el sábado no quedarían registrados al momento en sus saldos hasta que no se actualizaran los sistemas”

En el mismo diario y bajo el título de “El magnate del silencio” se dice de Juan March (Un famoso banquero español y una de las grandes fortunas del mundo) que “vendía a los chicos más mayores caladas de cigarrillos a razón de cinco céntimos cada una y comerciaba con cuanto caía en sus manos” (…). ”Un hombre al que guiaba un único lema: <<Diners o dinars>> (Dinero o comida)” (…).

Pues... ese es el lema de cualquier entidad bancaria. Un banco no sólo no regala nada, sino que cobra por todo. Ya verán lo que les sucede como hayan dejado  su cuenta al descubierto: tendrán que pagar un módico 10 % de interés. ¡Ay de quien se fíe de una entidad en cuyos mostradores están atados los bolígrafos! 
 
En su último día de trabajo en el banco más poderoso del mundo (Goldman Sachs) un brillante directivo, Greg Smith, afirmaba que “en la actualidad los banqueros sólo piensan en hacer dinero a costa de unos clientes que no son más que marionetas”. ¡Que se lo pregunten a los afectados por las participaciones preferentes!
 
Estos ciudadanos se habrán pensado que son un partido político al que se le conceden préstamos millonarios que luego se “condonan o perdonan a cambio de nada”. O que son miembros del consejo de administración de la Caja. De esos que cobran dietas de hasta cinco mil euros por dos horas de reunión. Pero, tampoco hay que alarmarse porque según  Yolanda Barcina - Expresidenta de Navarra -  hace poco “hasta quien alicataba una obra ganaba bien” .
Pero no, señores. Ustedes no son ni partido político ni miembros del consejo de administración. Ustedes son "pobres" y por muchas comillas que le ponga, lo son; seguramente de esos que dicen pertenecer a la “clase media”. Es decir, la media de todas las clases de pobres. Ustedes son el sostén de los bancos. Si todos sus clientes fueran ricos, se iría el negocio al garete. Los ricos no pagan comisiones, ni esas cosas, porque con una simple amenaza de llevarse el dinero a otra entidad, el asunto queda zanjado.
 
Además, si el banco está en “peligro de quiebra”, ahí están los "pobres", en forma de Estado, para pagar con sus impuestos todos los desaguisados que hayan podido cometer sus dirigentes.

En fin, que podemos sumarnos a "la indignación de los indignados" y proclamar con ellos aquello de: “Fíate de un banco y dormirás en él”.

miércoles, 6 de marzo de 2013

LA ORATORIA Y LOS POLÍTICOS "SIN PAPELES". Por Alonso Martos.


La oratoria es el arte de hablar bien, siendo la persuasión, una de sus finalidades. Sócrates defendía que un orador debía ser un hombre instruido y movido por grandes ideales éticos, a fin de garantizar el progreso del estado.

La verdad es que ambas características – instrucción e ideales éticos – cada vez es más difícil encontrarlas en los políticos. Sin embargo, es más frecuente que la oratoria se “eche a temblar” cuando hablan de forma improvisada y “sin papeles”.
 
Que el expresidente Aznar no es ningún Demóstenes, creo que ha quedado suficientemente probado durante su trayectoria política. Así, en una ocasión, dando un discurso ante escolares y habiendo perdido el “papel” donde lo llevaba escrito, les espetó: “Los niños son muy importantes...a mí me gustan mucho los niños... tengo dos...”
 
Algo parecido le pasó a su correligionario Rajoy cuando le preguntaron por las medidas que pensaba tomar para reducir el paro : - “Vamos a ver, eeeh, uuum... ¿Medidas para crear empleo? Bueno, la verdad es que me ha pasado una cosa verdaderamente notable; que lo he escrito aquí y no entiendo mi letra”.
 
Y, siguiendo el léxico de la exministra Aído, otra “miembra” del PP - la señora De Cospedal - poco tiene que envidiar a sus compañeros de partido, cuando, intentando justificar el finiquito del extesorero Bárcenas, se ha expresado de esta guisa: “...por una indemnización en inde... en diferido, en forma, efectivamente, de simulación de... simulación o de lo que hubiera sido en diferido en partes de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retribución a la seguridad social” (…).
 
Ya se sabe que cuando se intenta explicar lo inefable “a su señoría le puede salir el tiro por la cuneta” que diría el expresidente andaluz, señor Chaves.

También es para nota la explicación que la exministra Magdalena Álvarez nos ofrece sobre la predictibilidad de un temporal: "Si la borrasca cambió de forma impredecible, no la pueden predecir, y si no la predicen quienes la tienen que predecir, ¿cómo quieren ustedes que lo vayamos a predecir aquellos que estamos esperando la predicción?" Está clarísimo: si el cielo está enladrillado, ¿quién lo desenladrillará?
 
Pero claro, como afirma Duran i Lleida, si la gente quiere unos políticos “preparados”, habrá que pagarles un sueldo digno; de lo contrario, el Parlamento perdería “calidad” y en estos últimos años ya ha bajado muchísimo.
 
¡Eso está hecho! Les subimos el salario, ya que “estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie” (según expresaba la exministra de cultura socialista, Carmen Calvo). Y … asunto arreglado. Esto “manda algo”, ¿no, señor Trillo?
 
Así que luego pasa lo que pasa: la poca valoración de los políticos en la encuestas, el desapego hacia la política, la baja participación en las elecciones...Ya lo decía el expresidente de EEUU, George W. Bush: “Un número bajo de votantes es una indicación de que menos personas están yendo a votar”. Esto ya … sí que “manda huevos”, señor Trillo.
 
En definitiva, amigos, cuando los políticos pierden la solfa, suele producirse un desentono en las voces musicales. Éstos son un producto de la sociedad que los vota y podemos estar de acuerdo con Mariano Rajoy, en que “los seres humanos somos, sobre todo personas”; y a los “seres humanos y a las personas” nos pasan estas cosas, cuando no tenemos delante el papel en el que, en muchas ocasiones, otros nos han escrito el discurso.