martes, 12 de marzo de 2019

MÁSCARAS "SIN CAMISA": UNA “FALTA DE RESPETO” A LA TRADICIÓN. Por Alonso Martos.


¿Dónde está la camisa? Esto es
un "botellón cencerreado" ¡Qué pena!
Acabamos de celebrar los carnavales de Overa y, un año más, he observado con tristeza y decepción, cómo se vicia y adultera una de sus manifestaciones más genuinas. Y es que, hasta no hace mucho, hemos vivido una singular y entrañable manifestación carnavalesca conocida como “máscaras de camisa”, manteniendo con bastante fidelidad esa original tradición heredada de nuestros ancestros. Pero desde hace unos cuantos años, se ha producido una degeneración y una deformación tal que me atrevería a calificarla como de falta de respeto al legado de nuestros mayores.
 
Desconozco quién fue “el ingenioso creativo que tuvo la “brillante idea” de bajarse la camisa hasta la cintura y pintarse el cuerpo con cera negra, convirtiéndola en un trapo ennegrecido y mugriento, que en muchos casos no tapa ni los calzoncillos. Desconozco, así mismo, quién fue “el genio innovador” que decidió pintar y dejar como a un “San Lázaro” – con o sin su consentimiento - a todo aquel que se sumara a la fiesta. Tampoco sé cuáles habrán sido los motivos por los que carnavaleros sensatos y con sentido común se han visto arrastrados por “tan desacertadas ocurrencias” y han seguido de forma acrítica y lanuda a estos “ignorantes” de la tradición. Ahora bien, lo que sí me consta es que “se han cargado” - o están en trance de cargárselo - este bonito carnaval.

En mi modesta opinión, creo que el objetivo de las máscaras de camisa ha sido - y debe ser - el abrazo; el abrazo afectuoso a los convecinos y visitantes, presidido por el respeto, la buena educación y el mantenimiento de las formas.

Pues bien, ahora resulta que todo aquél que se tropiece con estas máscaras, saldrá ennegrecido y con las ropas manchadas de cera negra, esté o no de acuerdo con tales prácticas. Por eso muchos overenses nos hemos autoexcluido de esta fiesta, que no respeta la tradición; y si los paisanos le damos la espalda, sin soporte vecinal, se habrá convertido en lo que hoy parece ser: un botellón con cencerros. Si no ponemos remedio a esta lamentable situación, habrá que decir aquello de “entre todos lo mataron y él solo se murió”.
 
Tómese lo anteriormente expuesto como lo que es: palabras bienintencionadas de un amante y entusiasta defensor de este bonito y original carnaval. Y por si sirviera de algo, para remediar la situación antes descrita, propongo la creación de una <<Agrupación de Máscaras de Camisa>> con su presidente, vocales, etc, que elaboren unas normas de obligado cumplimiento para todos los integrantes de la misma; siendo excluidas aquellas personas que no respeten la tradición y las formas, así como las que tengan un comportamiento no acorde con la buena educación y el respeto hacia los participantes en la fiesta.

¡Amigos: respetemos y mimemos nuestras tradiciones que nos remiten a las raíces culturales de nuestro pueblo! ¡Todo sea por Overa, sus gentes y sus originales y bonitos carnavales!