miércoles, 6 de diciembre de 2017

SOCIALISTAS DEL "PLANETA JUN": PEDRO Y LA PLURINACIÓN. Por Alonso Martos.

<<Primero se hizo compatible ser de izquierdas y ser nacionalista.
Después se hizo obligatorio.
A continuación declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era de derechas.
Y en gradual abaratamiento y envilecimiento de las palabras, bastó sugerir educadamente alguna objeción al nacionalismo, ya hegemónico, para que a uno lo llamaran facha o fascista>>. (A. Muñoz Molina).
 
 
En España, en el ámbito de la promoción y el ascenso social, se ha roto la cadena del mérito y la capacidad, sustituyéndola por la de la mediocridad. Hoy no se tiene en cuenta la valía personal y esto nos puede costar muy caro. 
 
A veces, tengo la sensación de que los partidos políticos son perfectas máquinas de selección de ineptos y mediocres. Funcionan como potentes imanes que repelen la inteligencia, el saber y la cultura, convirtiéndose en agencias de colocación de todo tipo de vividores y mamandurrias, que sólo aspiran a chupar de la teta pública.

Pues bien, bajo el lema <<Somos la izquierda>> el PSOE ha elegido a Pedro Sánchez como Secretario General. Sorprende la insistencia en recordarnos que son la izquierda. Y es que s
ospecho de los que tienen que grabarse en la frente las virtudes que poseen, porque no deben ser fácilmente reconocibles por los demás:  Imagino a Picio exhibiendo el lema "soy guapo". Lo dice el profesor Félix Ovejero: "La virtud no hace ruido".
 
Es el socialismo del "Planeta Jun"(1), un socialismo de "recogefirmas", que tiene como base ideológica el "noesnoísmo" - "no es no a la derecha" -  y cuyo pensamiento parece haber salido más de "posaderas poltroniles" que de cerebros bien encofrados por provechosos libros.

Pero... de verdad, ¿"Somos la izquierda"? Veamos:
Para justificar su no a Rajoy, decían los “pedrosanchistas” que el PP debía formar gobierno pactando con sus afines y correligionarios de la derecha; o sea, con Coalición Canaria, CiU y PNV. Pero hete aquí la paradoja de que quien ha pactado con el PNV ha sido el PSOE. ¿Será por afinidad ideológica? ¿Acaso esta derecha nacionalista es de las “buenas”?

Pues no, amigos, esta derecha es la más conservadora y reaccionaria del espectro político español; una ideología supremacista y xenófoba basada en el carlismo y el tradicionalismo, cuya razón de ser radica en el mantenimiento del privilegio y la desigualdad entre los ciudadanos españoles. Un privilegio que conlleva que esta Comunidad Autónoma, una de las más ricas y con superávit fiscal, no aporte ni un céntimo a la solidaridad interterritorial. Así, para cualquier prestación social, un vasco dispone del doble de financiación pública que un habitante de las comunidades autónomas de régimen común. Dice Fernando Savater que <<tanto el nacionalismo vasco como el catalán son en realidad una rebelión de los ricos contra los pobres y, lo más increíble es que se venda como un proyecto de izquierdas>>. Sí señor: es increíble que "la llamada izquierda" haya comprado el relato nacionalista.

¿Cómo es posible que los privilegios, la desigualdad - más bien la inequidad - y la insolidaridad entre españoles no repugnen a la ética socialista? ¿Dónde están los socialistas del “no es no a la derecha”? Aplaudiendo el pacto. ¡Viva la coherencia! Esto sí le parece bien a Idoia Mendía; aquí hay consejerías y sillones, que es lo más importante para los que piensan con las posaderas. También lo aprueba Miquel Iceta, ese “monaguillo del nacionalismo catalán” y héroe de la resistencia del "no es no" a Rajoy.

 Y por si esto fuera poco, nos viene Pedro Sánchez con el carricoche de la plurinacionalidad. He aquí el parto de la burra: <<la plurinación>>. Ahora vamos a resolver definitivamente el "problema territorial" de "este país de naciones". ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? Ha tenido que venir un "pluricerebro" para dar con la solución.

Pues bien, como una nación es un "sentimiento" - un frenesí, un sueño..., que diría el poeta - ahora vamos a sembrar España de naciones, nacioncillas, nacioncetas y nacionzucas que, a su vez, también serán plurinacionales en tanto que habrá sentimientos diversos. Así, podremos decir que Cataluña también es plurinacional porque una parte de sus habitantes se sienten catalanes, otra españoles y no faltarán los que se sientan andaluces, extremeños, etc. Hasta <<el Barça es una nación que representa a Cataluña>>, según Neymar, otro que piensa con los pies y, por tanto, es toda una autoridad en la materia.

¿Como resolveremos, pues, el misterio de la "Santísima Plurinacionalidad"? El Sr Sánchez lo tiene claro: Varias "naciones culturales" en una sola "nación soberana". Pero... ¿Cuántas naciones?: Un número indeterminado; depende de los sentimientos de la gente. Podremos tener la nación gitana, la rociera... sin olvidar la nación madrileña (2), lo cual conllevará que la nación plurinacional tenga como capital a otra nación, presumiblemente tan plurinacional como la primera. Y puede que tengamos hasta una "neción" o nación de los necios. Pero no hay que alarmarse: "Todas las naciones son España", según el genio de las Ciencias Políticas.(3) Esto es: La España de las Españas. ¿Lo veis? Aunque con esfuerzo, también hemos conseguido que para el burro.

Empieza la fiesta, amigos. Abramos el baile con el pasodoble titulado "España pluri": <<Entre naciones, nacionalidades y regiones, nació esta España, esta España Pluri>>. Ahora vamos a registrar la "pluridiversidad", busquemos las diferencias y dejemos constancia de ellas en los respectivos estatutos. Reconozcamos los hechos diferenciales, las singularidades y particularidades; dejemos claro que  mi patio es tan particular que NO llueve como en todos los demás; que el "Nosotros" nunca será igual que el "Ellos" ¡No faltaría más! ¿Cómo nos vamos a parecer a esos castellanos fachas, paletos y atrasados? Esto no es un país - ¡Qué vulgaridad! - : es un "pluripaís", donde cualquier "plurianalfabeto" puede llegar a presidirlo.

Ahora podremos contentar, por ejemplo, a los independentistas andaluces, cuyo representante está entre Chiquito de la Calzada y el Risitas, aunque más gracioso que ellos: No hay más que oír lo que dice y se partirán de risa. Quedará clarito que Andalucía es diferente; tan diferente que es la nación con más paro, más pobreza, más abandono escolar, peores resultados en educación... Quedará clarito  que "somos del sur" como María del Monte, con muchas sevillanas, copla, romerías, procesiones, toros para todos... y, sobre todo, ha de quedar meridianamente claro que los andaluces somos los más graciosos y chistosos de la plurinación.

 
Pero ... - ¡Ay ese "pero" aguafiestas! - ¿Contentaremos a los nacionalistas catalanes? No, eso es harina de otro costal. Al nacionalismo no se le contenta con la plurinacionalidad. Al niño que llora porque quiere un juguete no se le satisface con un caramelo: sólo cesará el llanto si le compramos el juguete, y ese juguete es la independencia de hecho - como en el País Vasco - o de derecho como ahora pretenden.

Habrá que reconocer que son una nación; habrá que concederles un trato fiscal similar al vasco o al navarro, habrá que blindarle las competencias para que puedan hacer y deshacer lo que les plazca en "su masía" y , sobre todo, habrá que reconocer que ellos son Dinamarca y nosotros el Magreb, como afirma el alcalde "socialista" de Blanes.

No obstante, si se llegara a la situación absurda - pero probable -  de que todas las Comunidades Autónomas se "sintieran" naciones, nos encontraríamos en el punto de partida, porque los nacionalistas no aceptarían la "uniformización"; ya que dicha uniformización tendría el inconveniente - según Jordi Pujol - de que los catalanes no vieran reconocida su diferencia.

Así que para ese viaje no hacían falta alforjas, ni plurinaciones, D. Pedro. Aceptar la plurinacionalidad para contentar al nacionalismo es un error y una manera de legitimarlo. Su ocurrencia << es imposible de defender desde la igualdad, tan sólo aspira a contentar a los nacionalistas comprándoles su chatarra conceptual. Un modo, otro más, de aceptar sus ficciones >>. (4)

¿"Somos la izquierda", pues? Uno no es lo que dice ser, sino lo que hace; esto es: gobernar con la derecha reaccionaria vasca, votar a favor de un cupo injusto e insolidario ... Apoyar la inmersión lingüística "obligatoria" en catalán (5), mientras muchos de sus dirigentes llevan a sus hijos a colegios privados donde se imparten las clases en castellano, inglés, francés o alemán. Por cierto, ¿Alguno de estos dirigentes "mesetarios" ha aprendido catalán para dar ejemplo? ¿Acaso alguno ha enviado a sus hijos a estudiar a Cataluña para que saboree las mieles del bilingüismo? No; ellos los mandan a colegios británicos, suizos, canadienses...¡Hipócritas!

Y no hablemos de la "otra izquierda", esa que grita "Visca Catalunya lliure i sobirana"; esa que no es independentista pero vota sí a la independencia...¡En fin!

¡Ay la izquierda! Hay una izquierda traidora a la clase obrera y a su causa, siempre dispuesta a ser la "chacha" del amo de la fábrica, sirvienta rastrera de una burguesía corrupta, "carlistona" y reaccionaria, defensora de la insolidaridad y la injusticia ... Una izquierda acomplejada y analfabeta que ha asumido los postulados del nacionalismo, abandonando a las clases populares y poniéndoselas en bandeja a esa derecha a la que "dicen" oponerse.

Sí, Sr Sánchez, con su "nación de naciones" usted está haciendo el caldo gordo a los que llaman fascista a Serrat y reciben  a Otegi como a un héroe. Con sus ocurrencias, se muestra como un político inconsistente y ambicioso; un líder líquido con tantas formas como los distintos recipientes que lo contienen; un "vendesábanas" para fantasmas cuya única obsesión es que la actividad política le resuelva la vida, como a otros socialistas zapateriles que viven como marajás gracias a ella, por no servir para otra cosa.

Pero no es esto lo peor: << Ciertamente, lo más inquietante del PSOE es lo que está por debajo de Pedro Sánchez >>.(6) Porque aunque en sus filas encontremos auténticos socialistas, de palabra y obra, éstos no suelen llegar muy lejos en el partido. Más bien serán otros los que escalen hacia puestos decisivos: todos esos infiltrados que no conocen el significado de la palabra socialismo; un hatajo de personajes  arribistas, mediocres y oportunistas, gentes ineptas, sin formación, ni oficio ni beneficio que acuden a la política para medrar fácilmente; gentes que no tienen más meta que figurar en cualquier lista electoral que los conduzca a la teta pública.  

En Cataluña está lleno de "filonacionalistas" cuando no de nacionalistas abierta y descaradamente, que le han hecho perder su base obrera en el cinturón industrial (el llamado cinturón rojo); en Andalucía abundan los capillitas "socialistos" y neocaciques que fomentan el voto cautivo y actúan con las mismas pautas de la derecha de toda la vida: enchufismo, nepotismo, corrupción, mercadeo de votos... Su cerebro se ha bajado a las posaderas y sólo piensan en el sillón de los miles de euros que les resuelva la vida... Suma y sigue.

Pues no, señores; esto no es admisible desde la izquierda. El PSOE, en lugar de situarse en el campo teórico del nacionalismo discutiendo sobre identidades, singularidades y esencias nacionales, debe posicionarse en el eje de los derechos y las libertades.

 En definitiva, el PSOE tiene que ser socialista – porque el socialismo es una forma de humanismo que defiende la igualdad, la libertad, la solidaridad y la justicia social -; tiene que ser obrero – estar, preferentemente, al lado de los más desfavorecidos – y tiene que ser español – mantener el mismo discurso en todas las comunidades autónomas, siendo coherente y fiel a su base ideológica – olvidándose del federalismo asimétrico y de la "nación de naciones" -. Aquí el brasero no puede calentar más a unos que a otros. En definitiva, tiene que ser el garante de que se cumplan los principios programáticos de nuestra Constitución para que el Estado sea “realmente” Democrático, Social y de Derecho.

Y si se propone una reforma constitucional, que sea para profundizar en la igualdad de todos los españoles, suprimiendo privilegios forales o supuestos derechos históricos, que en una sociedad moderna y europea suponen un anacronismo inaceptable para un verdadero socialista. ¡Huyamos del jardín de las naciones, que son debates identitarios que deberían estar en las antípodas del ideario socialista! ¡Dejemos de soñar con patrias imaginarias que sólo reivindican quienes viven de las banderas y a los que poco importa los problemas reales de la gente! ¡Basta ya de buscar diferencias entre comunidades para justificar privilegios y desigualdades entre ciudadanos! Porque como dijo G. K. Chesterton, el primer principio de la democracia y "lo esencial en los hombres es lo que tienen en común y no lo que los separa".
 
Para concluir, cabe afirmar que,  si <<Somos la izquierda>>, hay que aprovechar esta situación de crisis para regenerarse: hay que sacar la escoba y hacer una buena limpieza. Hay que dejar de meterse en la cama con quien sea – populistas, nacionalistas, etc – con tal de ocupar las poltronas, porque dice el refrán castellano que “dos que duermen en un colchón se vuelven de la misma condición”. Y si la derecha y la izquierda son de la misma condición habrá PP para rato, precisamente favorecido por los del "no es no a Rajoy".
¡Paradojas de la vida!
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(1) Jun es un bonito pueblo granadino, gobernado por un socialista "recogefirmas"  a favor de Pedro Sánchez, que andaba mostrando las cajas que, supuestamente, las contenían pero que se evaporaban a la hora de cuantificarlas públicamente.

(2) “Si el Estado es plurinacional, como nosotros defendemos, que Madrid sea una nación dentro del Estado español”, dijo el dirigente socialista José Manuel Franco.

(3) Pedro Sánchez, tras ser preguntado por cuántas naciones tiene España: "Todas las naciones son España".

He aquí una acertada reflexión, cuyo autor desconozco:
 <<Fundar a estas alturas una “nación”, con todos los elementos explosivos que anidan en este concepto, en un “sentimiento” es jugar con fuego, precisamente con el fuego inextinguible, perturbador, impetuoso y, al cabo, violento de la reivindicación nacionalista. Porque sentimientos los tenemos todos y por ello sentimientos de pertenecer a una nación cultural específica, intransferible, henchidas de héroes, de santos, de batallas y empeños gloriosos, de dioses y de tumbas, anidan en todos los rincones de la geografía peninsular: en maragatos, cacereños, cartageneros, turolenses, segovianos y por ahí seguido.
Por todo ello causa estupor comprobar cómo, entre nosotros, un partido serio como el PSOE despliega las banderas de las naciones culturales, o se mantienen las invocaciones a fueros y leyes viejas o se sueña con competencias blindadas y otras extravagancias que deberían colgar exangües en el armario más desvencijado de nuestro desván. Allí donde dormitan las fábulas>>.
 

(4) Félix Ovejero: "No más ocurrencias, por favor".(El País, 5 - 6 - 2017).

(5) No estoy en contra de la inmersión lingüística -es más, creo que es un buen método para aprender idiomas -, pero sí me opongo a su obligatoriedad.

(6) Arcadi Espada: "La enterada". (El Mundo, 30 - 11 - 2017).