miércoles, 19 de agosto de 2020

VENTAS DE OVERA (I): LA VENTA DEL EMPALME. Por Alonso Martos.

El Empalme o Cruce de Overa: Al fondo,
 el Hotel Overa y a la derecha la casa de
D. Pedro Parra, en la finca <<El Paraíso>>.
También se observa, en el centro izquierda
el Almacén de Obras Públicas.La Venta,
ya había pasado al mundo del recuerdo.
 Foto: Lola Zurano.
El cobrador de la Alsina(1), con uniforme gris y riñonera de cuero, dispensaba y cobraba en ruta el importe del billete; al llegar al Empalme, anunciaba la parada: ¡VENTA OVERA! 

Y efectivamente, allí, en el cruce de la carretera N-340 con la comarcal del Valle del Almanzora, se encontraba la famosa Venta. Frente a ella se hallaba la Casilla de peones camineros, donde vivía la familia de Juan el Capataz, y a pocos metros, en el lado norte, el Almacén de Obras Públicas. En la posguerra, también en este lugar estuvo situado el llamado Control de la guardia civil para prevenir el estraperlo.

Eran los años sesenta de la pasada centuria, y dicho establecimiento estaba regentado por el matrimonio Sánchez Navarro (D. José Antonio y Dña. Gregoria), que serían sus últimos venteros y cuyo apelativo acompañará a toda su familia mientras permanezca en la memoria de los overenses; por la misma razón, otra famosa familia de Overa también es conocida por el apodo de Los Venteros. Y es que nuestra localidad, por ser un lugar de paso y encrucijada de caminos, era tierra de ventas: único refugio de aquel variado tipo de transeúntes del que fueron testigos los desamparados y arriesgados caminos decimonónicos.

Lugares de parada y fonda de arrieros y recueros, cosarios y trajineros, pastores y ganaderos, viajeros de diligencias y otros carruajes, caminantes... en fin. Eran posadas, establos y zonas de descanso para personas y animales, donde no faltaba un plato de comida caliente, ni el vino y el aguardiente. También los animales disponían de abrevadero y se les servía una ración de paja y cebada, reponiendo fuerzas para continuar la sufrida ruta.

No ha de extrañarnos que, en establecimientos de tan variopinta concurrencia, se dieran los más diversos sucesos y hazañas, algunos de los cuales han sido inmortalizados por la literatura. Así, nuestro insigne D. Francisco de Quevedo, tachaba de sisones a los venteros porque lo mismo aguaban el vino que daban gato por liebre. Famosa es, asimismo, la hazaña quijotesca según la cual el ingenioso hidalgo fue armado caballero en una venta manchega, "un castillo" del que salió malparado al haber entrado en conflicto con unos arrieros que lo apedrearon sin muchos miramientos.

La Venta del Empalme, por su situación en un cruce de caminos y a medio camino entre Murcia y Almería, era un establecimiento afamado y de referencia en nuestra provincia y fuera de ella. La prensa decimonónica se hace eco de algunos eventos o sucesos acaecidos en dicha venta y dignos de ser mencionados. Así, en 1891, con motivo de una graves inundaciones que devastaron parte del pueblo de Albox, el ministro conservador D. Francisco Silvela(2) visitó la zona. Al dirigirse a Vera, se detuvo un rato en <<la Venta del Empalme de Overa>>(3) donde departió con un numeroso grupo de periodistas y les transmitió la triste impresión que le produjo la visita al pueblo albojense.

Reseñable fue también un famoso robo acaecido en el mismo establecimiento y del que dio cuenta, en 1894, La Crónica Meridional en estos términos:<<En la Venta del Empalme de Huércal-Overa, una noche del mes de Julio próximo pasado le fueron robados á un traficante de ganados, dé Fuente Alamo, conocido por Paco (a) el Macao, la cantidad de 11.600 reales en papel que contenía una cartera que llevaba, dejándole esta completamente vacía en su bolsillo. Del hecho se dio conocimiento al Juzgado de Instrucción y Guardia civil de Huércal-Overa, dando por resultado reducir á prisión todos los que había en la posada; habiendo experimentado todos vejámenes y pérdidas en sus intereses, ... y estar presos en un calabozo como los mas empedernidos criminales: la Venta se quedó sin parroquia, y la opinión pública señalaba con el dedo á honrados padres de familia, que se estaban buscando el alimento para esta>>(4)La cantidad robada era, para la época, una fortuna y he aquí que un vecino pobre de Uleila del Campo, por esas fechas, empezó a comprar tierras a precios fabulosos y despertó las sospechas de sus paisanos. Por ello, la Guardia Civil de Sorbas se desplazó hasta el citado pueblo y habiendo detenido al sospechoso, logró que éste confesara la autoría del robo, quedando esclarecida, así, tan vil fechoría.

Cabe añadir, finalmente, que si los sucesivos venteros hubiesen dejado por escrito sus vivencias y anécdotas,  acumuladas a lo largo de los años en el ejercicio de su profesión, hoy dispondríamos de una fuente de información de primer orden para conocer la intrahistoria de la época.

Desgraciadamente, en una de las remodelaciones viarias del Empalme, la emblemática Venta fue derribada, pasando al otro mundo; ese mundo de los entrañables recuerdos de una época de esplendor de nuestra querida Overa.

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(1) Un autobús de línea que cubría el recorrido entre Murcia y Almería y que pertenecía a la compañía T. Alsina Graell Sur.
(2) D. Francisco Silvela (1845-1905) fue un político conservador y académico que ocupó varios ministerios a lo largo de su carrera política (Ministro de Gobernación, de Gracia y Justicia, de Estado y de Marina), llegando a ser Presidente del Consejo de Ministros durante la regencia de María Cristina y el reinado de Alfonso XIII.
(3) La Crónica Meridional (Almería), 26-9-1891. Pág. 2.
(4) La Crónica Meridional (Almería), 31-1-1894. Pág. 3.