miércoles, 1 de octubre de 2014

UN TREN DEL SIGLO XXI PARA ALMERÍA. Por Alonso Martos.

 

Ni más ni menos: eso es lo que ha pedido la asociación Acción por Almería para nuestra provincia, en una manifestación celebrada este lunes: "Un tren del siglo XXI".

Algo tan importante, tan vital y tan de justicia para nuestra tierra, ha despertado el interés de cincuenta personas. ¡Poca leche puede conseguir tan escaso llanto!
 Ni más ni menos:"Medio centenar de personas secundó la convocatoria ... para reclamar infraestructuras ferroviarias adecuadas para la provincia, especialmente la línea con Murcia y la recuperación de la Guadix-Almendricos" (...)(El Ideal de Almería).
Si queremos ver concentraciones de cientos de almerienses, tendremos que esperar al día que jueguen el FC Barcelona o el Real Madrid; entonces encontraremos a multitud de personas recibiendo a los futbolistas en el aeropuerto o junto al hotel donde se alojan.
Pero...¿Trenes?...¡Y dos tazas llenas!

PD: Titular del Ideal de hoy: "El AVE arrincona a Almería".






 

2 comentarios:

  1. Pues yo lo miro por el lado positivo, Alonso: De esta manera, manteniéndonos como estamos en comunicaciones ferroviarias, ¡NO PERDEREMOS ESE TREN!, que siempre es un consuelo ¡DE TONTOS!, porque, además, somos muchos. Demos gracias a nuestros representantes de todos los colores políticos por su plante ante la situación, aparte de dárnoslas a nosotros mismos como "sociedad civil" o lo que queramos llamarnos. Un abrazo.

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    1. Amigo Salvador: Muchas gracias por tu comentario. En ocasiones recurro a aquel refrán según el cual “el que no se conforma es porque no quiere”. Y, en este sentido, pienso que “gracias” a nuestro aislamiento y atraso en infraestructuras, todavía disfrutamos en nuestra provincia de las ventajas inherentes a esta situación, como por ejemplo, conservar espacios naturales “sin destrozar por el desarrollo”. Podríamos decir aquello de que “no hay mal que por bien no venga”. Sin embargo, corremos el riesgo de “quedarnos sin el pan y sin el perro”; es decir, que acabemos destrozando nuestro patrimonio natural y también nos quedemos sin las posibles ventajas de unas modernas comunicaciones.

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