lunes, 9 de noviembre de 2015

"HAY QUE ENAMORARLA". Por Alonso Martos.

Se nos quiere ir de casa, la niña; o le damos lo que pide o se marcha. Es lo que les pasa a los mimados, que si no obtienen lo que quieren, te forman la pataleta.

Eso sí, hemos de evitar la <<terrible imagen>> (Pablo, el progre, dixit) de ponerla ante la autoridad de papá TC, no vaya a ser que le diga que no y la contraríe; el no les sienta muy mal a los consentidos.

¡Diálogo, diálogo, diálogo..!Hay que dialogar y preguntarle qué quiere. Tiene "derecho a decidir": nosotros debemos ser unos progres demócratas amantes de la libertad; eso de la autoridad y las normas es cosa de "fachas".

¿Y si decide marcharse? Pues entonces, <<hay que enamorarla>>, aconseja un "estrellado" general. Empecemos a enviarle hermosos ramos de rosas, carísimos perfumes, piedras preciosas y ropas de alta costura; mandémosle toda clase de "loewes, vuittones o pradas"...Y cuando la familia tire la casa por la ventana y <<derrochemos todas las reservas de los manantiales>> pues... <<Besos, ternura, qué derroche de amor, cuánta locura>>.

¡Cuánta locura! ¡Y cuánta, cuánta ... tontuna!
 

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