martes, 3 de febrero de 2015

MEAR FUERA DEL TIESTO. Por Alonso Martos.


Sabido es que, desde los albores de la humanidad, el homo sapiens, que es también homo erectus ,  tiene por costumbre mear de pie. Por ello, desde que los hombres nos vestimos  por los pies, los calzones o pantalones tienen una abertura por delante a la que llamamos bragueta, disimulada por una tira de tela o portañuela.
Pero mira por dónde en algunos lugares se cuestiona esta costumbre mingitoria.Y es que en Alemania no es raro encontrar lavabos en los que hay señales que indican la prohibición de orinar de pie. Pretenden evitar las salpicaduras y, por tanto, los daños que puedan producirse en las losas del suelo. 
Por cuestión de puntería o porque con el tiempo el apechusque, más flaccidus que erectus, tiende a mirar a la los pies del portador, no siempre se mea dentro del tiesto. Y este estrabismo en la meada o mala puntería, puede llegar a los tribunales. Así, el periódico digital, Crónica Global, nos informa de que <<un tribunal alemán falló a favor de un hombre en su derecho por orinar de pie después que el propietario del piso donde vivía retuvo parte de su depósito de alquiler, 1.900 de 3.000 euros, alegando que las salpicaduras de orina habían dañado el suelo de mármol del lavabo (...) El juez sentenció que los hombres que orinan de pie no pueden ser obligados a rendir cuentas por sus daños colaterales y que "es un hábito generalizado">>.

¡Bonito hubiera sido que el citado tribunal hubiese prohibido la micción en posición erecta! Esa prohibición, por inoportuna e improcedente, sí que habría podido considerarse como "mear fuera del tiesto", o lo que es lo mismo: hacer o decir algo inconveniente o sin relación con el tema que se está tratando. Claro que también habría sido para "mear y no echar gota".

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