jueves, 24 de enero de 2013

DOS PUNCHAS: "ACERADO" Y "PROCESIONAR". Por Alonso Martos.


Desde diferentes medios de comunicación de transmisión oral o escrita, nacionales o locales, me han llegado estas dos punchas que se me han clavado en la lengua.
 
Parece ser que algunos ayuntamientos construyen, arreglan o reforman el “acerado” (DRAE. Acerado: de acero.). Y como suponía que se referían a las aceras, me he alarmado sobremanera por el dispendio que supone para la hacienda pública las aceras de acero. ¡Para eso estamos!
 
No obstante, he de comunicar que, por si a algún ínclito edil le había dado un “ súbito ataque de ostentación,” me he dejado la vista buscando el duro acero y no ha aparecido por ningún sitio. A decir verdad, a veces, tampoco las aceras; las cuales brillan, no como el metal, sino por su ausencia.
 
Por otro lado, estando en tierra de procesiones, he oído y leído hasta la saciedad cómo santos, legionarios, etc, “procesionaban” por las calles de nuestros pueblos y ciudades. Como no recordaba haber conjugado en la escuela el verbo “procesionar” , nuevamente recurro al DRAE y me responde que esta palabra no existe en español. ¡Estos académicos no están puestos en el asunto!
Y digo yo, ¿no podemos ir por la acera, en lugar de caminar por el “acerado”? ¿Por qué tenemos que “procesionar” a nuestros santos, pudiendo sacarlos en procesión?
 
Curiosamente, acabo de escuchar en Canal Sur que varios vecinos de un pueblo se han caído a causa del mal estado del “acerado”. ¿Veis? Si en lugar de caminar por el acerado, lo hubiesen hecho por la acera de toda la vida, habrían evitado el percance. Empieza uno con estas extravagancias y luego pasa lo que pasa.
 
Se equivoca quien piense que estas palabras son usadas por personas incultas, poco alfabetizadas o por algunos desertores de la ESO. Más bien, al contrario; y pienso que su intención será la innovación y la creatividad lingüística.
 
Sabemos que el lenguaje se va renovando, adopta nuevos vocablos y relega al desuso u olvido a otros; es algo vivo que evoluciona con las épocas, las personas y los cambios sociales.
Me parece bien que le demos trabajo a nuestros académicos, pero con moderación y seso. Porque, claro, podemos empezar “procesionando” y andando por el “acerado” y terminar “cocheando” por el “calleado”.
De todas formas, como diría D. Quijote, dejemos que el uso y el vulgo – que es quien tiene poder sobre la lengua – vaya introduciendo, con el tiempo, los vocablos que estime oportunos.

1 comentario:

  1. Cuando se publicó el artículo, el verbo procesionar no estaba admitido por la RAE, actualmente, sí lo está.

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