martes, 9 de diciembre de 2014

¿GAUDÍ EN PALACÉS? Por Alonso Martos.

 
Puente de la Almazara
(Fuente: Aa vv La Torrecica. Palacés)
No hace mucho que los amigos de Palacés publicaron unas fotos del Puente de la Almazara -  un puente sobre la boquera - que me hizo rememorar los viaductos del Parque Güell de Barcelona. Conozco bien dicho parque, donde tantos festivos he leído el periódico y, entre noticia y noticia, me he  distraído observando la diversidad de visitantes, provenientes de todos los lugares del mundo. Estos viaductos fueron realizados con piedras del lugar - la ladera del Carmelo -, imitando las formas naturales y cuyas variadas columnas sugieren troncos de árboles, cuevas naturales, etc, intentando una perfecta integración de la obra arquitectónica con la naturaleza del entorno.

Desconozco quién planificó y ejecutó el puente palacero. No obstante, si me encontrase a  algún japonés "perdido y despistado", acribillando al monumento con su cámara fotográfica, convencido de que es una obra gaudiniana de su etapa naturalista, le diría que Gaudí no estuvo en Palacés.  Y, seguramente, este famoso arquitecto no estuvo en este bonito rincón del Almanzora. Pero tampoco sería tan descabellado pensarlo: ¡Cosas más difíciles se han visto!, decimos por esta tierras.

Otras personalidades de renombre como su paisano, el ingeniero y urbanista Ildefonso Cerdá -  el padre del Eixample barcelonés - sí que pisó tierras cercanas. Estuvo en Cuevas del Almanzora, con el fin de construir una galería de captación de las aguas subterráneas del río y transportarlas a esta localidad.

Un poco más abajo, en Villaricos, estaba prevista la construcción de un convento  cuyo proyecto lo realizó Joan Martorell i Montells en colabroración con Antoni Gaudí. Por diversas razones no se ejecutó dicho proyecto en la antigua Baria, pero sí se llevó a cabo, años más tarde  - desconozco si se realizaron cambios sustanciales en el mismo - en el Paseo de San Juan de Barcelona: la Iglesia y el Convento de las Salesas, lugar que he visitado en diversas ocasiones.

Interior del puente.
(Fuente: Aa vv La Torrecica. Palacés). 
Pero no, aquí no estuvo Gaudí. El puente sobre la boquera no fue planificado y construido por un famoso arquitecto, sino por un albañil, sin plano, sin estudios, "sin nombre"; uno de esos albañiles que llevan la profesión anunciada en sus manos; de esos en que el yeso forma parte de su piel; piel encallecida por el trabajo y quemada por el sol abrasador de estas latitudes...
El Puente de la Almazara no es un gran monumento, no es una iglesia o catedral: es un "puentecillo", pero un puentecillo cargado de lirismo - digámoslo así con ese tono juanramoniano propio de Platero -. "Es pequeño... pero tiene acero. Acero y plata de luna... Es tierno y a la vez fuerte y resistente..." Es un "platerillo" de la arquitectura popular; un "platerete" de la vega palacera; una bonita joya de cantos ribereños... Por él han pasado "plateros con serones y aguaderas" y honrados y esforzados campesinos que se han dejado la vida en esos pagos para dar de comer a las generaciones venideras; por ese "puentecillo" han pasado padres, abuelos ... y eso exige un respeto y un reconocimiento. Estas pequeñas obras de arte de la arquitectura rural deberían ser mimadas y conservadas por más que seamos incapaces de sentir la fruición estética cuando las presenciamos; deberían ser conservadas, aunque sólo sea para que las  generaciones de la Playstation, del móvil y de los Wasap puedan ver en qué se "entretenían" sus antepasados. Aunque, claro, para eso a lo mejor teníamos que aprender un poco de ese japonés "perdido y despistado". Por el momento, ya ha habido alguien con la suficiente conciencia y sensibilidad como para hacer estas fotos y mostrárnoslas. Por algo se empieza.

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