miércoles, 20 de febrero de 2013

EL QUE ESCRIBA “HABRIR” NO DEBERÍA GRADUARSE. Por Alonso Martos.

 

He aquí el titular del diario El País, al que se añade que “las faltas de ortografía y de comprensión lectora abundan en la Universidad”. “Los profesores se plantean si además de los conocimientos deberían evaluar un lenguaje viciado por los SMS”.
¿Por los SMS? Pues claro que no ayudan a la corrección ortográfica, pero ¿es que hace años no tomábamos apuntes usando la estrategia de la “economía lingüística”? (Tb=También, Pq=Porque, X=Por, etc). Y después, en el examen, no se nos ocurría poner tb... Además la palabra del titular, “habrir”, debería aparecer como “abrir”, si de lo que se trata es de economizar fonemas. ¿Y el bajo nivel de conocimientos de matemáticas, de geografía, de … ¿Por los SMS? No. No es eso. Es que se han bajado los niveles de exigencia tanto que nos hemos quedado con la ortografía, la sintaxis, la comprensión... al aire. Que se nos ven las vergüenzas, vamos.
Los profesores reconocen que el panorama es desolador, pero pocos bajan la nota de un examen por la ortografía y la expresión” (…) ¡Hombre, no hace mucho tiempo sí se bajaba la nota! Y en EGB y Bachillerato se pedían las libretas de clase para valorar, además de la ortografía, la caligrafía, la presentación (Márgenes, tachaduras...).
Vamos a ver, amigos. Algunos recordamos – y no es añoranza de pasados idílicos - que en este país, a los nueve o diez años, se hacía un examen de “Ingreso al Bachillerato Elemental”. En dicha prueba había, entre otras cuestiones, las correspondientes a las materias instrumentales – matemáticas y lengua – y, en concreto, un dictado en el que - si no recuerdo mal – no se podían tener más de dos faltas de ortografía. Dictado capcioso, con toda clase de dificultades y trampas del tipo: “Ahí hay un hombre diciendo ¡ay!”
Las normas ortográficas las memorizábamos y las practicábamos en cualquier escrito, pues eran tenidas en cuenta en la nota global. Pero llegaron nuevas teorías didácticas cargadas con las mejores intenciones, aunque no siempre de razón y... ¡Fuera la memoria! ¡Las normas las tiene que descubrir/deducir el niño a través de la experiencia y la observación! ¡Muy bonito! Pero alguno lleva años esperando la deducción. ¡Imaginemos que los alumnos de una autoescuela tuvieran que deducir las normas de tráfico..!
El problema no es sólo de ortografía. También, o más, de prosodia. Es decir, la organización de la sintaxis: los puntos, las comas”...¡Bueno, si hablamos de prosodia y de sintaxis...apaga y vámonos! ¡Y no digamos si tocamos el tema del léxico! Estos profesores proponen, ahora, que los alumnos hagan más redacciones.
Un servidor, como alumno, hizo muchas redacciones y como maestro corregí muchas más; en clase, los lunes, hacíamos una conjuntamente en la pizarra, comentando los errores, las sugerencias de los alumnos, etc. Era el ciclo superior de la antigua EGB. La mayoría de los alumnos escribía bastante bien. ¿Por qué? Porque practicaban. A escribir se aprende escribiendo.
Bueno, pues ahora nos encontraremos con médicos, ingenieros, profesores, etc, que no sabrán distinguir el verbo haber del verbo abrir “viciados por los SMS”. Y si un profesor no escribe correctamente – y los hay, desgraciadamente, más allá de lo excepcional o anecdótico – difícilmente podrá corregir a sus alumnos.
Nadie está libre de los pecados ortográficos - o de otra índole lingüística - pero una cosa es tener algún desliz venial y otra es, como decía mi primer maestro, “merecer la cárcel”.
Insisto, no se trata de glorificar el pasado, pero tendremos que reconocer que algo hemos hecho mal para llegar a esta situación. No todas las reformas y cambios metodológicos han sido acertados o aplicados correctamente.
Nuestro sistema educativo “necesita mejorar”, en muchos aspectos y , a veces, tengo el mal presentimiento de que hay personas a las que no interesa una enseñanza de calidad. Son esos “gachós trajeaos que viven de ná” ; o mejor dicho, viven de la ignorancia de los demás. Por ello, hacen todo lo posible para que estemos más pendientes de los resultados de un equipo de fútbol que de los obtenidos por nuestros hijos en la escuela.



No hay comentarios:

Publicar un comentario