No soy muy futbolero: en
general, no me interesan mucho las personas que le dedican más
tiempo a ejercitar las piernas que la cabeza. Súmese a esto que el
fútbol de alta competición se ha convertido en el nuevo opio del
pueblo y es utilizado - con descaro - por los poderosos como arma de
dominación e "idiotización" del "pueblo"; y eso me repele.
Por tanto, desconozco los
protocolos idiomáticos – si los hay – que deben seguirse en las
ruedas de prensa, donde un "endiosado" entrenador hace balance de un
encuentro futbolístico y responde a las preguntas de unos periodistas que alimentan la farsa y le hacen el
juego al juego.
En relación al incidente
ocurrido en Almería, entre el entrenador del Éibar y dos
periodistas deportivos, que le llamaron la atención por hablar en
vascuence, creo que fue desafortunado. ¡Que hable
en el idioma que quiera, hombre! Si cumple el protocolo,
porque lo cumple y si no, quéjense a quien corresponda por
saltárselo. Este señor es libre para hablar en la lengua que quiera, pero si lo hace en una que no entiendo, no hay comunicación posible; salvo que disponga de intérprete o el comunicante haga esa función. De no haberlo, deduciré que no hay voluntad comunicativa. Así, pues, como último recurso, me quedará abandonar la sala; se acabó lo que se daba.
Sin embargo, con su conducta, ustedes - periodistas deportivos almerienses -
han "agraviado, insultado, ofendido..." a un señor, de otra "nación" ibérica, que se expresaba en
su lengua materna y esto, en el 2015, es un pecado imperdonable. Ustedes, deberían saber que algunos vascos no están acostumbrados a la discrepancia, hasta el punto de convertir su "nación" en el último reducto del totalitarismo europeo. Allí, en pleno siglo XXI, unos "libertadores" te pegaban un tiro por no pensar como ellos. Sí, sí, periodistas almerienses, así de "civilizado".
Con su conducta, ustedes - periodistas deportivos almerienses - han despertado la solidaridad de esos que siempre se ponen del lado de los "oprimidos". Sin ir más lejos, una presentadora de televisión, una tal Samanta, ha salido en defensa del entrenador con un comentario que me hace pensar que su trabajo se lo debe más a su físico que a su intelecto. El agraviado entrenador también ha recibido el apoyo de algún almeriense “avergonzado”, de esos que prefieren comprar en Eroski antes que en un supermercado andaluz.
En fin, han sido muchos los mensajes solidarios expresados por esas personas especialmente sensibles a estos "ataques". De esas personas especialmente "inmunizadas" y “anestesiadas” para percibir y criticar que en algunas "naciones ibéricas", no se respetan los derechos humanos, tales como que un niño pueda recibir la primera enseñanza en su lengua materna, que es el idioma oficial del Estado.
Con su conducta, ustedes - periodistas deportivos almerienses - han despertado la solidaridad de esos que siempre se ponen del lado de los "oprimidos". Sin ir más lejos, una presentadora de televisión, una tal Samanta, ha salido en defensa del entrenador con un comentario que me hace pensar que su trabajo se lo debe más a su físico que a su intelecto. El agraviado entrenador también ha recibido el apoyo de algún almeriense “avergonzado”, de esos que prefieren comprar en Eroski antes que en un supermercado andaluz.
En fin, han sido muchos los mensajes solidarios expresados por esas personas especialmente sensibles a estos "ataques". De esas personas especialmente "inmunizadas" y “anestesiadas” para percibir y criticar que en algunas "naciones ibéricas", no se respetan los derechos humanos, tales como que un niño pueda recibir la primera enseñanza en su lengua materna, que es el idioma oficial del Estado.
De todas formas, ustedes - atrevidos periodistas deportivos almerienses - pueden estar contentos. Ahora, por su error - si lo hubiere - han sido insultados y vilipendiados en las redes sociales; hace muy poquito, en pleno siglo XXI, le hubieran pintado una diana en la puerta de sus casas.
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